Playas artificiales en Q. Roo serían un riesgo: investigador
Sugiere que el verdadero problema de las pérdidas, son las construcciones sobre las dunas.
Gustavo Villegas/SIPSE
COZUMEL, Q. Roo.- Mientras que las autoridades del Gobierno de Quintana Roo buscan las mejores opciones para la restitución de arenales en los destinos turísticos de Quintana Roo, como lo diera a conocer Marisol Vanegas Pérez, titular de la Secretaría de Turismo (Sedetur), en la entidad en su última visita a Cozumel y la posibilidad de que la isla sea incluida en estos proyectos, el doctor Edgar Mendoza Baldwin, académico del instituto de ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que si la erosión de las playas es resultado de procesos naturales, esta tiene posibilidad de recuperarse poco a poco.
En cambio, si es producto de la alteración en las dunas por la presencia humana, el sistema queda indefenso ante el impacto de fenómenos naturales. El investigador de la UNAM subrayó que la restitución artificial de playas no es una solución definitiva porque el verdadero problema han sido las construcciones sobre las dunas, como es el caso de Cancún.
El tema fue abordado por el especialista en la edición número 625 del boletín semanal UNAMirada a la Ciencia en este mes, en que se destacan las construcciones urbanas y turísticas sobre dunas.
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“Perdemos nuestras playas por pura intrusión humana, no por cuestiones climatológicas o calentamiento global”, dijo Marisol Vanegas el 1 de julio durante su estancia en la ínsula.
Estos datos son abordados por Edgar Mendoza en el boletín semanal de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM en el que puntualiza que, “si una playa alterada se ve afectada por varias tormentas, disminuyen sus posibilidades de recuperación, ya que las dunas no cumplen su función como fuente de sedimento. Por tanto, la playa se debilita y cambia su respuesta ante dichos fenómenos meteorológicos, lo que implicaría un riesgo mayor para sus habitantes”.
El documento también hace referencia al caso Cancún, cuyos litorales sufrieron grave pérdida de sedimento tras el paso del huracán “Wilma” en 2005, y en el que se hicieron trabajos de restauración artificial en 2006 y 2010, pero que el experto señala que “esta solución no es definitiva porque el verdadero problema han sido las construcciones sobre las dunas; además, no se replicó el funcionamiento natural de la playa porque el material artificial era poco compatible con el original”.
El proyecto de recuperación de playas en Quintana Roo inició luego de que en el año 2005 se perdieran los arenales de los destinos turísticos del norte, como Cancún y Playa del Carmen.
En junio de 2009, siendo gobernador Félix González Canto, la Secretaría de Turismo (Sectur) asignó a la empresa Mexicana de Dragados el fallo de la licitación pública internacional para la ejecución de la obra “Rehabilitación y Protección de Playas en Cancún, Playa del Carmen y Cozumel en Quintana Roo”.
Para financiar parte del proyecto se incrementaron las tarifas por uso de Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), a un 25% a estos municipios, pero meses después Cozumel, que era gobernado por Juan Carlos González Hernández, abandonó el Fideicomiso para la Restauración, Recuperación, Sostenimiento y Mantenimiento de la Zona Federal Marítimo Terrestre del Estado, por considerar que no existe un beneficio real para el municipio que sólo estaba incluido con mil 400 metros de arenales.
La empresa ganadora de la obra extrajo el material de un banco en la zona norte de la isla, hecho que provocó la protesta y rechazo de los ambientalistas de Cozumel, pues aumenta la vulnerabilidad de la isla ante el cambio climático.
El argumento principal era que la Semarnat realizó estudios para justificar que la isla sea un Área Natural Protegida, pero pese a esto la arena terminó en las playas de Cancún y Playa del Carmen.