Protestan contra construcción de club de playa

Denuncian empresarios y activistas devastación en Tulum por turismo de fiestas, por lo que rechazan el proyecto del antro Aeternum Festival Reserve, para mil 500 personas.

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Protestan contra construcción de club de playa. (Foto: Harold Alcocer)
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La construcción de desarrollos en Tulum es cosa de todos los días. Incluso aunque no se cuenten con los permisos de las autoridades. Es el caso del Beach Club “Aeternum Festival Reserve”, que este fin de semana movilizó a empresarios y activistas.

“Es un antro que quieren hacer en la orilla de Sian Ka’an, un lugar de anidación muy densa, entre otras cosas, están haciendo un ecocidio”,

dice Alberto Martínez, Secretario de la Asociación de Bares y Restaurantes de Tulum.

Para quienes rechazan el proyecto, Tulum debe crecer, pero debe hacerlo de manera ordenada, pero sobre todo apostando por un turismo de calidad y no solamente como un destino de fiesta.

Apenas el 17 de diciembre, la Secretaría de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Tulum colocó sellos de clausura a todo el sitio, que incluyen estructuras de concreto entre la duna costera.

Pero los sellos no han sido suficientes. Mientras decenas de personas marchaban desde el Arco Maya, en el kilómetro 10.5, hasta la glorieta de inicio de la zona hotelera, trabajadores retomaban la instalación de estructuras. Según la publicidad el 29 de diciembre debe tener su primera gran fiesta.

"La zona es muy frágil y pretenden construir un antro con capacidad de mil 500 personas sin contar con ningún permiso",

denunció Verónica Genovali, una de las más de 50 personas que se unieron para reclamar la intervención de las autoridades.

Desde la playa se puede observar una especie de escenario, una alberca y varias estructuras, aún sin forma. Sin embargo, según el proyecto contará con un escenario de playa con cabina de DJ, un restaurante, una alberca, y todo el equipamiento propio de un club de playa.

Entre todos los trabajos que ejecutan los trabajadores del lugar resaltan palmas de chíit, una especie natural protegida en México.

“El hecho de cortar una palma chíit, incluso reubicarlo, es una falta grave. Yo me quedé en una multa de 750 mil pesos, por cada una, hagan números y chequen cuántos chíit’s ya están volados. Esa palma ya no se recupera”,

dice por su parte José Cuevas, gerente del hotel Playa Selva, mientras las demás personas sostenían mantas de rechazo a la obra.

Fue alrededor de las 9:00 de la mañana cuando los manifestantes se reunieron en el Arco Maya, una estructura que indica la entrada a la reserva de Sian Ka’an.

Después de constatar el avance de las obras desde el lado de la playa, el contingente marchó a lo largo de 7 kilómetros.

El paso de los manifestantes significó una especie de caos vial. Aunque ese panorama es el pan de todos los días. La razón: un número indeterminado de pipas que entran y salen, algunos para abastecer de agua, pero otro para retirar aguas residuales.

La escena solo confirma lo que denuncian activistas y empresarios: la zona no tiene capacidad para sitios como el nuevo beach club.

“No cuentan con drenaje, no pueden soportar mil 500 personas. Ni siquiera la misma calle de la zona costera está preparada para soportar eso. Hacemos un llamado a la autoridades”,

señala la empresaria Verónica Genovali.

(Foto: Harold Alcocer)

 

(Foto: Harold Alcocer)

 

(Foto: Harold Alcocer)

 

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