Al menos cinco de cada 10 jóvenes de Quintana Roo que perdieron su empleo durante los primeros seis meses de la pandemia del Covid-19, ya se encuentran laborando de nuevo, aunque lo hicieron aceptando subempleos, sueldos bajos o con jornadas laborales excesivas.

De acuerdo con el más reciente informe de la Fundación Forge México, entre marzo y agosto del 2020, cerca de 55 mil jóvenes de entre 18 a 29 años fueron despedidos de sus centros de trabajo, como parte del recorte implementado por las empresas para poder sobrevivir a la parálisis económica que provocó el SARS-CoV2. Esta cifra representa una cuarta parte de los 220 mil jóvenes que se encontraban económicamente activos en el estado, a principios del año pasado.

Forge detalla que la mayoría de las empresas prefirió despedir a este grupo poblacional, ya que era más fácil hacerlo: el 92% de ellos carecía de afiliación sindical que los protegiera, y por su escaso tiempo laboral, era mucho más barato liquidar a un joven con menos de 5 años de antigüedad, que a uno que llevaba 25.

Forge México estima que en el último trimestre del 2020, más de 27 mil jóvenes de este grupo, fueron recontratados en Quintana Roo.

“Ahora, con la reactivación económica, las empresas también prefieren priorizar la contratación jóvenes, ya que son el grupo con la mayor tasa de desempleo actual, y por tanto están más dispuestos a aceptar condiciones laborales no tan favorables, como sueldos hasta 30% más bajos que el de sus compañeros”, menciona el reporte presentado en diciembre del año pasado.

Añade que esto es posible, ya que la mayoría de los empleos ofrecidos en Quintana Roo (dedicados al sector turismo o de servicios) no requieren de una alta especialización o capacitación, por lo que los puestos de trabajo pueden ser fácilmente ocupados por cualquier persona y por tanto, que exista una alta demanda de ellos, lo que les permite a los empleadores imponer sus condiciones laborales.

Según el reporte, también se dio preferencia a la contratación de jóvenes por su disponibilidad de horario, optando por aquellos que aún no tienen hijos, para que puedan aceptar jornadas de hasta 10 horas, disfrazados con horario partido o descansos intermedios de una o dos horas. Al menos dos de cada tres empleos “recuperados” se encuentran bajo estas condiciones.

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