MÉRIDA, Yuc.- Septiembre ha sido un mes en el que fuertes huracanes han golpeado a Yucatán, como lo hizo el huracán ‘Gilberto’ un 14 de septiembre de 1988, y el huracán ‘Isidoro’, que causó devastación un día como hoy, el 22 de septiembre del 2002.

Desde ‘Gilberto’ pasaron 14 años en los que se sucedieron tormentas y ciclones de menor intensidad en Yucatán, hasta ese fatídico 22 de septiembre del 2002, cuando la muralla de vientos y agua que rodeaba al ojo del huracán golpeó la costa norte de Yucatán, y el fenómeno ingresó al territorio.

Foto: Contexto internet.

El fenómeno entró siendo categoría 3 y tardó 36 horas en atravesar el Estado, además de que estuvo estacionado por cuatro horas, por lo que  dejó más de 500 mil damnificados.

Asimismo, hubo daños en 15 mil casas y 700 ranchos yucatecos, además de verse afectados 85 municipios y 120 mil hectáreas.

Sin servicios

“Isidoro” dejó al estado sin agua y sin energía eléctrica, incluso hasta por más de dos semanas. 

Los servicios fueron restableciéndose de manera muy lenta, trayendo a la memoria de los yucatecos el amargo recuerdo que todavía se mantenía en la mente por el paso de “Gilberto”.

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En Mérida se vinieron abajo árboles y muchas construcciones cedieron ante la cantidad de agua registrada y los fuertes vientos, incluyendo paredes de predios y muros de mampostería y bloques.

Formación del fenómeno

“Isidoro” se formó en el Océano Atlántico el 14 de septiembre del 2002 como depresión tropical, luego evolucionó a tormenta y posteriormente a huracán.

Contrario a lo previsto por los meteorólogos que pronosticaban que el ciclón solo iba a “rozar” la costa yucateca, debido a su trayectoria errática se encaminó con toda su fuerza hacia el Estado el 22 de septiembre.

Esa mañana se comenzaron a sentir los primeros efectos de “Isidoro”, como el cielo nublado, lloviznas y rachas de aire; pero fue a las 17:00 horas cuando entró por Telchac Puerto, con vientos de hasta 225 kilómetros por hora. 

Evacuación

Afortunadamente, para ese momento ya se había evacuado a miles de personas de municipios de la costa y del sur del territorio.

Mientras que en tierra, el huracán, con un ojo de 18 kilómetros de diámetro, disminuyó su velocidad de desplazamiento mientras más se adentraba al Estado, donde por periodos se registró como semi-estacionario.

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Además de la costa, debido a su paso tan errático también alcanzó municipios del sur como Oxkutzcab, Akil y Maní.

Luego incrementó sus efectos destructivos hasta llegar a Tekax, por donde se dirigió hacia la zona de Chuburná Puerto, y de ahí saldría hasta el día 24 de septiembre.

"Isidoro" fue un huracán que demostró que los huracanes no tienen "palabra" y que nunca se les debe subestimar.

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