Avanza incorporación de Crimea y Sebastopol a Rusia

Mientras el presidente ruso Vladimir Putin firma un tratado bilateral en el Kremlin, Ucrania no reconoce la adhesión.

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Soldados ucranianos vigilan en un retén, cerca de la frontera con Crimea, en el área de Kherson. (EFE)
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EFE
KIEV, Ucrania.- Ucrania no reconoce la anexión de la autoproclamada República de Crimea y del municipio crimeo de Sebastopol a la Federación de Rusia, consumada hoy mediante un tratado firmado en el Kremlin, declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano.

"No reconocemos ni reconoceremos nunca ni la así llamada independencia, ni tampoco el así llamado acuerdo de incorporación de Crimea en la Federación de Rusia", dijo a los periodistas el director de Política Informativa de la Cancillería ucraniana, Yevgueni Perebeinis.

Al mismo tiempo una amplia mayoría de crimeos celebraron su primer día de Independencia, previo a su anexión a Rusia.

El diplomático ucraniano Perebeinis aseguró que la firma del tratado bilateral por el que se acoge a la república de Crimea y la ciudad de Sebastópol en el seno de la Federación Rusa "no tiene nada en común con la democracia, ni con el derecho ni con el sano juicio".

El presidente ruso, Vladímir Putin; el primer ministro de Crimea, Serguéi Axiónov; el jefe del Parlamento, Vladímir Konstantínov, y Alexéi Chali, el jefe de la ciudad de Sebastópol, que se integrará en Rusia como ciudad federada, suscribieron el acuerdo en el Kremlin.

Tras la firma, tanto Crimea como Sebastópol (donde tiene su base la Flota rusa del mar Negro), se convirtieron automáticamente en sujetos de la Federación Rusa.

Crimea tiene unos dos millones de habitantes, de los cuáles cerca del 60 por ciento son rusos, 24 por ciento ucranianos y 12 por ciento tártaros. 

Celebran crimeos independencia 

Los crimeos viven hoy su primer día de independencia con la esperanza de ingresar en breve en la Federación Rusa y convertirse así en ciudadanos rusos de pleno derecho.

"Los crimeos quieren hablar libremente en ruso, estudiar su cultura y su historia, amar a sus héroes. En resumen, todo lo que nos prohibía Ucrania. Por eso votamos por la adhesión", aseguró a Efe Serguéi Tsékov, presidente de la Comunidad Rusa de Crimea.

Los crimeos están muy esperanzados, pero son conscientes de que la victoria del referéndum separatista del domingo y la Declaración de Independencia es sólo un primer paso necesario para liberarse del yugo ucraniano.

"Todos esperamos que la independencia sea breve. Nosotros lo que queremos ser es crimeos, pero ciudadanos de Rusia. No seremos una carga. Al principio, Moscú tendrá que mantenernos, pero después contribuiremos a la economía nacional", reconoce.

Tsékov, diputado del Parlamento crimeo, reconoce que no esperaba que la victoria de la opción rusa en el referéndum fuera tan aplastante.

"Honestamente, esperamos un 75, no un 96 %. Lo curioso es que la mejor propaganda electoral a favor de Rusia la hicieron las autoridades ucranianas. Ucrania cometió demasiados errores en los últimos 23 años de independencia. Kiev siempre trató a los rusos de Crimea como ciudadanos de segunda clase", destaca.

El límite

En su opinión, la gota que colmó el vaso fue la llegada al poder de extremistas en Kiev tras el derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich y la destrucción de monumentos que son "historia viva" de Rusia, como Lenin o el general Kutúzov.

Aunque no ahorra críticas para Yanukóvich, al que también acusa de hacer muy poco por Crimea durante sus cuatro años de mandato, tiempo durante el que se limitó a amasar una fortuna junto a sus más fieles colaboradores, según Tsékov.

En Simferópol la gente espera que el ingreso en la Federación Rusa traiga consigo mayores pensiones y mejores salarios, y que Rusia inunde las playas de turistas y los negocios de rublos, la nueva moneda nacional.

Crimea espera ingresar en la Federación Rusa como una república con capital en Simferópol que incluiría con un estatus especial a la ciudad portuaria de Sebastópol, la ciudad más rusa de la península y que alberga a la Flota rusa del mar Negro.

Pronto los rusos podrán solicitar el pasaporte y el permiso de conducir vigente en el vecino del norte, y poner sus relojes en la hora de Moscú.

La duda radica en qué ocurrirá con las minorías ucraniana y tártara, que están muy descontentos con el resultado del referéndum separatista del domingo, pero parecen resignados a vivir en un nuevo país: Rusia.

Los funcionarios ucranianos enviados por Kiev tendrán que hacer las maletas, los militares tendrán la opción de jurar lealtad a su nueva patria, mientras los ucranianos de a pie tendrán que pensar si quieren quedarse en Crimea y ser extranjeros en su propia tierra.

"Yo ya le he dicho a mi mujer que debemos irnos a Ucrania. En Rusia seremos esclavos. ¿Cómo vamos a vivir en una república donde los militares van armados con Kaláshnikov por las calles?", señaló Gamil, un taxista tártaro.

En su opinión, el problema es que emigrar al Este de Ucrania tampoco es una buena idea, ya que su población también se ha rebelado contra Kiev, mientras en las regiones agrícolas del Oeste el nivel de vida es mucho más bajo.

Guerman, un alemán nacido en Kazajistán, cree que los crimeos son muy ingenuos si creen que en Rusia la vida será fácil y la península recuperará el esplendor de la época soviética, cuando lugares como Yalta o Feodosia eran objeto de deseo de todos los habitantes de la URSS.

"Rusia no es ningún paraíso. Yo he vivido muchos años en diferentes regiones de Rusia y allí no te regalan nada. El campo ruso está abandonado, mucho peor que el ucraniano o el bielorruso. Los rusos se llevarán casi todo el dinero y nos dejarán sólo unas migajas", señaló a Efe.       

La firma 

Putin firmó el histórico tratado con el primer ministro crimeo, Serguei Axionov, y otros líderes regionales en una ceremonia en el Kremlin, a la que asistieron las dos cámaras del Parlamento ruso, los gobernadores de las regiones y el gobierno de la Federación Rusa.

Pese a la entrada en vigor inmediata de la anexión, los legisladores rusos tienen que ratificar la ley de incorporación de Crimea y la ciudad de Sebastopol, que goza de un estatuto especial y donde está amarrada la flota rusa del Mar Negro.

El tratado de este martes culmina la cascada de anuncios hechos el lunes por las autoridades de Crimea, que en pocas horas anunciaron la independencia de Ucrania, la solicitud de unión con Rusia, la disolución de las unidades militares ucranianas en su territorio, la introducción del rublo y el paso al huso horario de Moscú el 30 de marzo.

Las autoridades locales anunciaron estas medidas amparadas por el rotundo éxito del referendo del domingo.

En él, casi el 97% de los crimeos votaron por volver a ser Rusia y dejar de estar bajo poder de Kiev, donde gobierna un ejecutivo proeuropeo desde la destitución del presidente prorruso Viktor Yanukovich el 22 de febrero.

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