Alejandro García/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Elementos de la Policía Federal decomisaron 17 toneladas de pepino de mar y detuvieron a tres personas, cuando pretendían ingresar al Aeropuerto Internacional de Cancún, con papeles que acreditaban la legalidad de la pertenencia, que resultaron apócrifos.

Este decomiso, de acuerdo con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), es el más grande que se ha hecho en México; en promedio en los últimos tres años se han decomisado 60 toneladas de la especie al año. 

Los tres detenidos, así como la mercancía, valuada en 850 mil dólares, y las dos unidades fueron puestos a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR). Elementos de la Policía Federal interceptaron a los vehículos antes de llegar a la aduana y verificaron sus documentos, para lo cual solicitaron el apoyo de la Conapesca, instancia que corroboró que eran documentos falsos.

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Una de las unidades tenían la leyenda de “Beefza Carnes de Res” y la otra “ReadytoRent Camiones extra para tu negocio”. De acuerdo al reporte policíaco, la carga provenía de Dzilam de Bravo, Yucatán. Extraoficialmente reportaron que 11 toneladas tenían como destino Hong Kong, y seis hacia Florida.

En la Península de Yucatán la pesca furtiva se ha expandido en los últimos años, al tiempo que los períodos de veda de la pesca de pepino de mar fueron alargados dada la indiscriminada captura. En Quintana Roo, el Aeropuerto Internacional de Cancún se ha convertido en un punto de tránsito de la especie, que sirve de comida exótica o producto medicinal, a otras partes del mundo.

La demanda del pepino de mar en el mercado asiático se ha convertido en la gran amenaza para esta especie que en México vive en el fondo marino de la Península. En febrero del año pasado, se registró uno de los decomisos más grandes, hasta ese momento, en el Estado, la Policía Federal, División Caminos, aseguró una camioneta cargada con cinco toneladas de pepinos de mar y al igual que en la mayoría de los casos presentaba documentos apócrifos. 

En el mundo su comercialización está reducida de manera oficial a las temporadas de pesca; sin embargo, los pescadores furtivos han encontrado la forma de evadir las restricciones y casi todo el año están en su búsqueda, aunque con ello arriesguen la vida.