A punto de concluir el año, y tras casi dos años de pandemia, Evaristo Gómez Díaz, presidente de la Unión Local de Productores de Caña, afirmó que el covid-19 no generó afectaciones en la producción, aunque sí pérdidas humanas que lamentar.

Indicó que, en el primer año de la pandemia, durante el aislamiento social y las restricciones, en la zafra 2019-2020 se produjeron casi 77 mil toneladas de azúcar, de las cuales se exportaron 57 mil toneladas; ese año, se registró una molienda de 903 mil toneladas de caña.

Mientras que en la zafra de este año se logró la siembra de 30 mil hectáreas de caña, para obtener una producción de 173 mil 560 toneladas de azúcar con un valor en el mercado de más de dos mil millones de pesos, gracias a que el rendimiento se duplicó.

Detalló que en la zafra 2020-2021, alrededor de 89 mil toneladas de azúcar se enviaron al extranjero, además de que se logró mantener el precio del producto tanto a nivel nacional como internacional.

En ese sentido, el ingenio de Quintana Roo continúa entre los cinco primeros a nivel nacional que más caña molieron con más de un millón 800 mil toneladas.

 Indicó que durante las dos últimas zafras se desarrollaron en pandemia y, aun así, los trabajadores del sector pudieron realizar su trabajo sin afectaciones por la pandemia, y se espera que la zafra 2021-2022, se superen todas las expectativas.

“No nos afectó, han terminado bien las cosechas, nuestros cortadores de caña terminan su trabajo normal, a principio de mayo, algunos en junio, pero no hubo problema en su trabajo porque la actividad se realiza desde muy temprano y bajo los cuidados necesarios con los lineamientos sanitarios establecidos por las autoridades”.

Gómez Díaz detalló que, en la zona, los productores están a punto de terminar de cobrar el remanente de caña por parte del ingenio San Rafael de Pucté, lo que representa un ingreso extra para los casi 3 mil productores de caña de la ribera del río Hondo.

Y aunque la pandemia no afectó la cosecha de caña, si dejó lastimada a la familia cañera con la perdida de varios productores de caña, o familiares de estos, además que también fallecieron gentes importantes que laboraban en el ingenio San Rafael de Pucté, desde químicos hasta obreros.

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