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El estrés debe ser motivo de preocupación cuando se tiene una herida persistente o problemas gastrícos. (formato7.com)
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Agencia
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Todos en algún momento de nuestras vidas hemos sufrido un pico de estrés, pero en muchos de los casos se trata de situaciones pasajeras, pero ¿cómo detectar si el estrés se queda en nosotros y cuándo hay que preocuparse por eso?

Recientemente Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Playa del Carmen advirtió que el conflicto de percibir bajos ingresos a pesar de trabajar extenuantes jornadas laborales en la industria hotelera, se convierte en detonante para caer en algún tipo de adicción e incluso llegar a tener pensamientos suicidas, ante la gran cantidad de estrés acumulada.

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El HuffPost OWN, en Estados Unidos, investigó qué señales son las que manda el cuerpo para expresar que se tiene demasiado estrés y destacó estas dos.

1. Tienes una herida pequeña persistente

       Imagen: The Huffington Post

La gente te sigue preguntando cómo te hiciste esa herida y tienes que pensar y pensar para conseguir acordarte. 

Ciertos estudios demuestran que el estrés psicológico puede afectar a la capacidad del cuerpo para curarse. 

La gente que demostró tener niveles más altos de lo habitual tardó más tiempo en recuperarse de heridas en la piel, cirugías menores e incluso ampollas. 

Hay una amplia evidencia de que el estrés causa un repunte de sustancias químicas (como cortisol y glucocorticoides) que impiden que el proceso de curación complete las etapas necesarias para llevarse a cabo, y que pueden hacer que la herida sea más vulnerable a una infección.

2. Tragas mucho aire

       Imagen: The Huffington Post

Durante las últimas semanas, has estado soltando tantos ruiditos inodoros que parecen pequeños eructos y lo has hecho con tanta frecuencia que casi ya no te das cuenta. 

Probablemente estás tragando aire a pequeños sorbos que expulsas inmediatamente como eructos, como explica la doctora Robynne Chutkan, gastroenteróloga de Maryland (EEUU) y autora del libro Gutbliss: Pon tu mano en la parte superior de tu estómago, justo bajo el pecho: probablemente esté tirante como un tambor, explica Chutkan. 

Esos sorbitos son algo que tiende a hacer la gente cuando se tiene estrés o ansiedad. Puede deberse a una respiración superficial, a un exceso de chicles o caramelos o a demasiado parloteo nervioso. 

En ocasiones, eructar y disculparse puede convertirse en un tic inconsciente o en un mecanismo reflejo, según los expertos. En esos casos, el mejor modo de quitárselo de encima es identificar el estrés latente... o ¡tomarse unas vacaciones!

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