Así es trabajar y ser mamá en tiempos de pandemia en Cancún

El día inicia y termina para estas mujeres entre la presión laboral y el estrés por el cuidado infantil en el hogar.

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(Karim Moisés/SIPSE)
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Cancún.- El día inicia y termina a las carreras para Brianda, Claudia y Aracely, mujeres completamente diferentes pero que tienen algo en común: deben cumplir diariamente con sus tareas en sus respectivos puestos laborales en Cancún y además ver por el cuidado y educación de sus hijas, tareas que se complican aún más al suspenderse las clases y el servicio de guardería, como parte de las medidas de prevención ante la pandemia por COVID-19.

Desde el 26 de marzo pasado el Instituto del Seguro Social (IMSS) suspendió el servicio de guarderías que ofrece a mujeres que trabajan en empresas afiliadas a este sistema de salud; mientras que la Secretaría de Educación Pública (SEP) ordenó la suspensión de labores escolares desde el 20 de marzo.

El último día de aquel mes, inició el programa de “Sana Distancia” a nivel nacional, en el que ordenó la suspensión de actividades no esenciales en la vía pública, lo cual motivó que muchas empresas mandaran a su plantilla laboral a trabajar desde casa.

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Las fechas de reanudación de la vida cotidiana, como se conocía antes de la pandemia, ha sido aplazada conforme se han incrementado los casos positivos y las defunciones por COVID-19 en México, mientras tanto, ya ha pasado un mes, en el que Brianda, Claudia y Aracely, al igual que miles de mujeres, se reinventan, según compartieron en entrevistas telefónicas, para mantener sus empleos y cumplir con sus labores como madres.

El arte de trabajar frente a la computadora con una beba en las piernas

“Estoy de nueve a cinco, pero cuando ella (su hija) está un poco más demandante obviamente le dedico más tiempo en mi horario de trabajo y termino un poquito más tarde”, relata Brianda, quien vive con su papá y hermana.

Ella tiene una hija de dos años y hace “home office” o teletrabajo tres veces a la semana en una agencia de viajes.

“En este momento por la contingencia tengo menos cosas que hacer, pero hay cosas que requieren mucho tiempo y concentración. Hago mi turno quebrado, aunque oficialmente tengo un horario seguido; mis jefes son flexibles y en realidad trabajo por objetivos”, asegura la joven de 27 años.

Ella dejó de llevar a su hija a la guardería desde el 21 de marzo, desde entonces su hermana ha sido de gran ayuda.

“Nos dividimos. Tratamos de ponerle las actividades de la guardería, pero ella quiere estar conmigo; la subo a la computadora, juego con ella, le pongo un video para que no piense que le estoy diciendo a todo que no, aunque sí”, relata entre risas.

Foto de contexto. (Paola Chiomante/SIPSE)

La angustia de dejar a tu pequeña en casa de la vecina

“En realidad, aquí no tenemos mucha familia, solo es mi mamá, mi esposo y soy hija única, no hay alguien, nos la pasamos trabajando”, comparte Claudia, quien es auxiliar administrativa en una oficia de gobierno municipal y debe cumplir su jornada laboral de manera presencial.

Su esposo, quien tampoco tiene familia en Cancún, a veces puede quedarse en casa y cuidar de la niña, que tiene dos años. Otras veces es su mamá, que vive en la delegación Leona Vicario, quien puede hacerse cargo de la pequeña, pero eso implica dejarla con ella por una semana. Y en esos casos, Claudia dice con pesar: “a mi hija yo no la veo en toda la semana, pero… la necesidad”.

“Hoy no me la pudo cuidar mi esposo, ni mi mamá y le pedí de favor a una vecina. La dejo con todas las bendiciones, porque como todo el tiempo estamos trabajando, pues no tenemos el tiempo para socializar con los vecinos”, confiesa con cierto pesar. “Ella me ayuda hoy, a ver cómo le voy a hacer mañana”, agrega.

La angustia de pensar en alguna emergencia relacionada con su hija está latente en su mente, debido a que, de la oficia en donde trabaja, hasta su casa, en Urbi, tiene aproximadamente 20 minutos de viaje, ahora que hay menos tráfico por la contingencia sanitaria.

“Sí se me complica la cuestión cuando viene todo esto de la contingencia… Ya no hay guarderías, las únicas personas que me cuidaban a la niña eran las de la guardería”, lamenta.

El reto de “mantenerse presente” en lo laboral y como madre de una niña y dos bebas

Aracely vive a mil por hora cada día desde las seis de la mañana porque tiene una hija de ocho años y un par de gemelas de dos años; además es directora académica en una institución privada y, aunque puede hacer todo su trabajo a distancia, la exigencia laboral parece incrementarse porque debe mantenerse “presente” en su empleo y en su hogar.

“Cuesta mucho, buscas dar un mejor servicio porque no te ven, como antes, y responder los mensajes (en el celular) es un poco empático, el único contacto es ese, la gente en esta situación está más ansiosa y esperan una respuesta cuando preguntan algo”, relata, la profesionista, de 39 años.

Durante la cuarentena ella se ha olvidado del “horario de oficina” porque prácticamente está a disposición de las notificaciones de su teléfono celular y de la computadora, para reuniones que tienen que ver con su actividad laboral.

Sin embargo, no puede descuidar a su hija de ocho años, quien inicia el día con una clase de zumba, luego debe bañarse, desayunar y prepararse para empezar las clases a distancia de su escuela. Mientras eso pasa, las bebas despiertan y deben desayunar, por lo tanto, hay que prepararles algo de comer y vigilarlas. En todo el proceso apoya su esposo, quien trabaja de corrido semana y media y luego descansa el mismo periodo.

El día transcurre con un intermedio para que las gemelas duerman la siesta, momento que Aracely aprovecha para preparar el almuerzo.

“Como parada, literal, en la cocina, viendo cómo mi hija come, las bebas están sentadas comiendo y yo, con el celular, en sesiones” apunta.

La tarde sigue con un ritmo similar hasta que sus hijas se duermen y ella continúa con su trabajo.

Y aunque “su día” termina a las 11 o 12 de la noche, se dice agradecida por que tiene lo que necesita.

“No me puedo quejar, tenemos salud, estamos bien, estoy en mi casa, a lo mejor sí es caótico… Me siento súper agradecida porque a pesar de las circunstancias, estamos juntos y nos tenemos, nos queremos mucho como familia y esa es la bendición”, puntualiza.

Así que cuando creas que tienes un día complicado o que no has encontrado tiempo para hacer algo que querías, piensa en estas mujeres, a quienes el confinamiento por la pandemia pone a prueba todos los días.

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