Ligia Cortés Ortega, una vida dedicada a la justicia y el altruismo

La magistrada Ligia Cortés Ortega compartió las etapas clave que la formaron como una distinguida profesional del derecho y mejor ser humano.

|
La magistrada Ligia Aurora Cortés Ortega tuvo como anfitriona y conductora del programa a Esperanza Nieto. (Jorge Acosta/Novedades Yucatán)
La magistrada Ligia Aurora Cortés Ortega tuvo como anfitriona y conductora del programa a Esperanza Nieto. (Jorge Acosta/Novedades Yucatán)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Con un llamado a los padres a no dejar solos a sus hijos, no maltratarlos y tener la figura de la protección en la familia, la magistrada Ligia Cortés Ortega compartió en “Salvemos una Vida” sus próximos proyectos altruistas, tras su jubilación, el próximo 1 de julio.

Esperanza Nieto fue la conductora del programa que se transmite los viernes a las 11:00 horas por Amor 100.1 de Grupo SIPSE, donde la invitada comentó que, tras 37 años y 11 meses de haber servido a los “justiciables”, ha recibido varias invitaciones para trabajar con asociaciones civiles, en coordinación con “Yermo y Parres A.C.”, que preside.

Al abundar sobre su vida, la abogada recordó que nació en Progreso el 13 de agosto de 1948; sus padres fueron Manuel Cortés y Elena Ortega. “Fuimos una familia muy unida, es tan importante que tus padres estén junto a ti aunque seas grande. Ahora es tiempo de jubilarme y siento que mi trabajo es un talento que se me regaló desde niña”.

Relató que cuando llegaba a la escuela de las madres en el puerto, desde los cuatro años, a veces se encontraba con algunas amigas lastimadas y las llevaba a la casa, donde eran atendidas por su mamá y les daban de desayunar; desde ahí comenzó su gusto por ayudar a las personas.

“Crecí toda la vida apoyando a la mujer y los hijos. Por eso decidí que iba a defender a las personas que tenía estos problemas tan fuertes, a mis padres y a las religiosas les decía que no iba a poder quedarme callada viendo cómo lastimaban a la gente”, apuntó.

La magistrada recordó que de pequeña acompañaba a las religiosas a llevarles dulces y comida a las familias y preguntaba qué se necesitaba para ayudar; su padre le decía que cuando fuera grande le iba a enseñar qué es la carrera de leyes o abogado, pues la mayoría de la gente de Progreso optaba por la de maestros.

Defender a las personas

“Recuerdo que le dije a mis papás que no quería ser maestra, sino algo que me llamaba mucho la atención, que era defender a las personas. Empecé a escuchar programas de radio, leer libros de civismo, enciclopedias y el periódico, ahí me di cuenta de la carrera que quería, estudié la prepa, les lloré a mis papás e ingrese al Colegio Americano con mis hermanos”, comentó.

Indicó que en un grupo con 25 hombres, donde al final sólo ella quedó como alumna, conoció al padre Alberto Castillo y le platicó lo que sentía; fue cuando le dijeron que tenía vocación para ser abogada y defensora de las leyes.

“Cuando iba a ser el último día para el examen profesional me dijeron que sólo quedaba el martes, un 19 marzo; me sentí muy contenta porque siempre me he consagrado en San José, era algo muy importante; antes de ingresar a mi examen cruce a la iglesia de la Tercera Orden y llegué a lo último para agradecer por todo lo alcanzado”, aseveró.

La especialista en derecho reiteró que la figura de los padres siempre es importante para salir adelante, pues en su caso la apoyaron después de su carrera, ya que en varios despachos se dedicó a litigar; el primer paso fue realizar el servicio social, luego cinco años de trabajo y comenzó a “foguearse”.

Después surgió la oportunidad de estudiar derecho canónico y teología y filosofía a través de unas amigas religiosas; se fue a México con otra amiga y ahí empezó a vivir, aunque sus padres no estuvieron muy contentos de que se fuera; luego ingresó a la Facultad de Teología, donde obtuvo buenas calificaciones.

“Entrabamos 300 personas, entre misioneros, sacerdotes y laicos, me fui enamorando de lo que platicaban al ir de misiones a diferentes lugares. Cuando terminé me entregaron mi diploma, pedí ir a misionar y se formaron equipos de puros profesionales.

Partí a Colombia, en Barranquilla, un lugar difícil, luego a Chile, también estuve en Honduras y Guatemala, fueron 10 años de misionera laica”, narró.

En el Poder Judicial

La abogada abundó que cuando regresó a Yucatán lo hizo con varios programas y por eso fue llamada por José Jesús Esquivel Cantón, quien en ese entonces era el procurador y le pidió que le ayudara en esa dependencia.

Afirmó que ella llevó a la Procuraduría varios programas de atención contra la violencia hacia a la mujer, pues en ese tiempo pasaba mucho lo que ahora se llama “revictimización”, por eso decidió hacer cambios, por lo cual se convirtió en la primera mujer Subprocuradora de Justicia del Estado.

“Pasado un año me invitan a participar como magistrada y rendí protesta el 29 de enero de 1989. La verdad, tú le das a Dios y Él te devuelve más. Yo era la única de más de 30 años, después fui electa, por votación, presidenta del Tribunal Superior de Justica, entonces di a conocer qué hacemos y quiénes son los magistrados, porque casi nadie sabía qué hacíamos”, recordó.

Ligia Cortés también formó parte de la Comisión Nacional de Tribunales de la República Mexicana, donde fue nombrada vicepresidenta a nivel sureste, cargo con el que logró realizar el primer congreso de mediación en el Estado. Después de estar en la magistratura me invitaron a participar en otra actividad, pedí, después regresé y me nombran magistrada inamovible”, detalló.

Seguir ayudando

Sobre su próxima jubilación, refirió que se dedicará a apoyar los indígenas mayas, llevarles despensas y estar pendiente de los niños, pues la labor paralela que ha hecho a su carrera profesional se refleja a través de diferentes asociaciones civiles a las que ha participado. 

“Me jubilo, ya pensaba hacerlo porque tengo muchas invitaciones para trabajar en asociaciones y seguir coordinada con la mía, la Asociación Altruista Yermo y Parres A.C., porque hay muchos feminicidios”, manifestó.

Por último, destacó que ha sido invitada para formar parte del capítulo del Colegio de Abogados Humanistas de la Ciudad de México, lo que podrá concretarse a finales de este mes.

Finalmente, la reconocida profesional del derecho manifestó que los teléfonos 9995536763 y 9993573073 están disponibles para solicitar ayuda o información sobre los programas en los que trabajará una vez que deje el cargo de magistrada.

TAMBIÉN TE PODRÍAN INTERESAR:

Salvemos una vida: Debemos prepararnos para alcanzar nuestras metas

Salvemos una vida: Fe y oración, claves para salir adelante

Llamado a analizar la importancia de nuestra espiritualidad

noticias relacionadas

skeleton





skeleton