Hoy es un día para recordar el paso de “Janet”, huracán categoría cinco que devastó la ciudad de Chetumal hasta dejarla casi en ruinas, uno de los más fuertes que se formó en el Océano Atlántico. 

La historia lo recuerda como uno de los fenómenos hidrometeorológicos que impactó en la transición de la noche del 27 de septiembre y la madrugada del 28, en el año de 1955. Fue hace 67 años que alcanzó rachas de más de 280 kilómetros por hora y que la infraestructura no pudo aguantar, pues básicamente eran casitas de madera de estilo anglocaribeño.

Fabián Gaspar Herrera Manzanilla, cronista de la Ciudad de Chetumal, explicó que este evento plasmado en la historia fue tan devastador, que hace en la memoria colectiva se destaca la famosa “Casa Voladora”, propiedad de don Salomón Bellos, que fue arrastrada 500 metros por la pleamar de su ubicación original, con más de 10 personas en su interior, quienes lograron salir ilesas.

“Había un cazahuracanes que se perdió en el Atlántico, porque fue enviado a hacer monitoreo del huracán que ya había crecido considerablemente. Salió de la Bahía de Guantánamo, un avión de la Marina de Estados Unidos con 11 tripulantes, tres periodistas y nueve integrantes de la Marina y de las Fuerzas Armadas. Fue un huracán terrible, el más destructivo de esa temporada”, recordó el cronista.

Según el censo de 1950, en la capital del estado había unos 5 mil habitantes, quienes fueron testigos de la furia de la naturaleza.

(Foto: Enrique Mena)

“Janet o La Tragedia de Chetumal''

El mismo Santiago Pacheco Cruz dio a conocer en el libro “Janet o La Tragedia de Chetumal'' que oficialmente hubo 87 defunciones, aunque se estimó que fueron 250; de hecho, el mismo Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) calculó más de 650.

Algunos de los edificios que impactó, pero que resistieron, fueron:

• El Palacio de Gobierno
• El teatro Presidente Manuel Ávila Camacho
• Hospital Morelos
• Escuela Belisario Domínguez
• La penitenciaría del Territorio
• El Faro
• La Casa del Pueblo (que ya no está)

“Fue un trágico amanecer el que hubo el 28 de septiembre, después de que el huracán se fue. Entró primero por Xcalak, arrasó, lo borró del mapa prácticamente, sólo dos o tres casas habrán quedado; obviamente aquí nos ocasionó muchos daños, fue muy dantesca la escena, prácticamente era como una ciudad bombardeada, por así decirlo”, narró.

(Foto: Enrique Mena)